Cultura sin censura. En apoyo a La Casa Invisible

El frente por la defensa de la libertad de expresión está ahora en Málaga. La Sección de Prensa y Medios de Comunicación del sindicato de Artes Gráficas, Comunicación y Espectáculos de CNT quiere mostrar su rechazo al proceso inquisitorial que se ha puesto en marcha contra La Casa Invisible, emblemático centro social y cultural de gestión ciudadana de la ciudad, y los artistas que en ella exponen. Las fuerzas políticas conservadoras y la prensa sensacionalista han vuelto a aunar fuerzas para perseguir la creación artística al arremeter contra la exposición La guerra. Espacios-tiempos del conflicto. ¿El motivo? Una de las obras expuestas simula una soga realizada con la bandera del Estado español.

El pasado 14 de octubre, los responsables de la muestra colgaban en los balcones de La Invisible algunas de las obras que formarían parte de ella. Entre las distintas piezas expuestas en la fachada, todas en torno a la idea de la bandera como símbolo político, solo la que lucía los colores amarillo y rojo llamó la atención de los reaccionarios. Esa misma tarde, la policía llegó a personarse en el centro y a tomar imágenes de la pieza, pese a que aseguraron que no había “indicios de criminalidad”. Temiendo mayores represalias, los responsables de la exposición decidieron retirar la pieza de la fachada y procedieron a situarla en el interior junto al resto de obras. Las represalias llegarían: Ciudadanos, con tres concejales en un Ayuntamiento regido por el PP, pide ahora el desalojo del centro, okupado en 2007 y cuya cesión por el consistorio a la Fundación de los Comunes, entidad que lo gestiona, lleva años en proceso. Y lo hace sirviéndose de la polémica absurda que el propio partido ha alimentado.

La irreverencia no es delito y la censura no es permisible. No lo era cuando Javier Krahe fue enjuiciado y absuelto por cocinar un crucifijo, no lo era cuando el artista Eugenio Merino expuso en ARCO una escultura de Francisco Franco en una nevera, y no lo era cuando los integrantes de Títeres desde abajo llegaron a entrar en la cárcel en un delirante juicio a la ficción. Queremos manifestar nuestro apoyo sin fisuras al artista que firma la obra ­—y que por ahora prefiere mantenerse en el anonimato—, compañero de CNT, y al colectivo de La Casa Invisible, clave en la resistencia malagueña frente a la cultura de consumo. La presión sobre ellos y contra la obra demuestra, justamente, su premisa: que el Estado no duda en asfixiar a quien se salga del camino marcado.

Ante un caso como este, la Sección de Prensa y Medios de Comunicación no puede sino llamar una vez más a la autocrítica: cuando los medios de comunicación se limitan a hacerle el juego al poder, pervierten su función. Como con los titiriteros —un caso de evidente mala praxis en la prensa española que debería ser recordado con vergüenza—, los medios han preferido abrazar el sensacionalismo a defender la libertad de expresión, hermanada con la libertad de información que los sostiene. La primera defensa del periodismo tienen que hacerla la propia prensa, trabajando desde la honestidad y la imparcialidad y resistiendo a las presiones de los poderosos.

La Casa Invisible ha superado todos los obstáculos que la administración le ha impuesto en su larga negociación con el Ayuntamiento. Este parece ser el penúltimo escollo en un proceso de cesión que el consistorio debería firmar de una vez, como se comprometió a hacer en 2011 y como reclama una vez más el colectivo. Recogemos los lemas que mueven la concentración convocada por La Casa Invisible para el sábado 28 de octubre, a las doce de la mañana, frente a su sede en la calle Nosquera: desalojo encubierto no, cultura sin censura.

Sección de Prensa y Medios de Comunicación
Sindicato de Arte Gráficas, Comunicación y Espectáculos CNT

(Fotografías: Byron Maher)

Cartel del colectivo Democracia

 

Obra de Marina Salvo

 

Instalación ESTATADOS de Byron Maher

cartel Exposición “La guerra. Espacios-tiempos del conflicto”

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