Contra la criminalización de los repartidores de prensa
Asamblea de repartidores de prensa junto a la nave de carga de Boyacá en Torrejón de Ardoz. Fotografía, CNT
Una vez más tenemos que ver cómo ciertos medios de comunicación criminalizan a un colectivo que lucha por sus derechos. Lo vimos con los controladores aéreos, luego con los trabajadores del metro de Madrid, después con los estibadores… Y ahora le toca los repartidores de prensa y revistas.
Cabeceras que cacarean acerca de su supuesta independencia, cargan nuevamente las tintas, de una manera acrítica, parcial y sesgada, contra los ‘ruteros’ que están peleando por evitar la desaparición de sus puestos de trabajo. Para estos periódicos, la versión de la empresa es siempre única y verdadera y se publican comunicados íntegros de Boyacá, se redactan editoriales donde se habla de coacciones de los piquetes y de manera arbitraria se reparten entre los trabajadores calificativos de ‘violentos’ o ‘privilegiados’, según interese en cada momento. Lo de contrastar la información o dar voz a ambas partes, mejor lo dejamos para los manuales de periodismo.
Pues bien, lo que no cuenta Boyacá en el comunicado que tan acríticamente han aceptado algunos medios, es que en 7 años ha habido ya dos reestructuraciones del servicio en las que los repartidores han tenido que reducir días de trabajo y salario en casi un 50%. Lo que no especifica Boyacá en el panfleto infumable que ha repartido a una prensa sumisa, es la cruda realidad de esos repartidores a los que acusa de privilegiados: la de un coste fijo mensual que ronda los 2000 euros, de los que, descontando los gastos de (falso) autónomo, vehículo, gasoil, etc, queda reducido a un sueldo mileurista. Lo que no se han molestado en analizar ciertos medios es que de esos mismos sueldos dependen casi 300 familias. Todo eso no importa; siempre es más fácil caer en el sensacionalismo y hablar de disturbios, aunque no hayan existido… y poner en bandeja la coartada para que la policía se dedique a hostigar a los piquetes informativos y ponga trabas a su legítima movilización.
No vamos a negar que en casi todas las huelgas se genera tensión y conflicto, pero tampoco podemos olvidar que quien en última instancia es responsable de ese mismo conflicto es una empresa mentirosa y prepotente, que se ha pasado un año sin querer negociar y ahora plantea el despido de más de la mitad de los repartidores y una rebaja considerable del 50% en el sueldo de los que se queden.
Que no nos engañen, la culpa exclusiva de haber llegado a esta situación la tiene Boyacá, a la que tiene que quedarle claro que si quiere solucionar el conflicto, debe abandonar la chulería (es ella quien desde el principio ha jugado con un órdago inaceptable), bajarse del burro y negociar con los repartidores.
Por nuestra parte, cuando se cumplen cuatro días de huelga, la segunda vez en la historia reciente ( junto a la de 1991), en que se paraliza totalmente el reparto de prensa en Madrid, seguimos apoyando las justas reivindicaciones de nuestros compañeros, así como la del resto del colectivo de repartidores. ¡Solidaridad y apoyo mutuo!
Sección de Prensa y Medios de Comunicación de CNT
Sindicato de Artes Gráficas, Comunicación y Espectáculos de Madrid