Consideraciones sobre horizontalidad
Y a ti te encontré en un banco del parque…
Más allá de la broma o comentario de barra están las acciones, los pasos que damos a diario en nuestra vida, las decisiones que tomamos a partir de cerrar la puerta con llave y dejar atrás la protección y el calor del hogar, son los que definen nuestro entorno.
No hablamos solo de las decisiones tales como la compra de un coche o hipotecarnos, no, hablo también de dar los buenos días al vecino, esperar para subir en el ascensor, ayudar a doña Rita con la compra, abandonar el carril izquierdo si el derecho va libre, no permanecer impasible ante el quítate tú para ponerme yo…. Hablamos de cultura social, hablo de solidaridad, hablo de educación, de respeto al maestro de escuela que despierta nuestra inquietud por el funcionamiento de todo esto, y sí, él también es un idealista y por eso hay que protegerlo, por eso tenemos que protegernos; protegernos de esos déspotas que veneran al falso dios del dinero y que nos llaman idealistas y utópicos. Sí, yo trabajo por dinero pero no soy hipócrita. Algunos nos dicen soñadores y luego evolucionan hacia el anarcocapitalismo que es supuestamente lícito, aceptado por neoliberales y derechones interesados; pues no, hay que protegerse, hay que reconocer al escritor, al músico, al maestro, al médico, al artesano, al investigador, al filósofo, al jardinero, al barrendero, a los que cuidan de los enfermos, a todas las personas que hacen que el tejido social funcione porque consideran sagrado su entorno y hacen posible que los demás nos sintamos protegidos. Debemos cuidar a los que respetan y así nos respetaremos a nosotros mismos, es la única manera de avanzar, de crecer, de desarrollarse, de abrirse al conocimiento y no caer en la patética idea de creer que el éxito se basa en mejor coche, mejor casa, mejor guitarra o mejor cuenta bancaria. Pues digo que no, joder, si se me permite, el éxito, también hay que medirlo en sonrisas, las que te provocan y las que eres capaz de arrebatar a tu entorno, y la lucha está en contra de los que impiden la igualdad y la libertad de los individuos, en los que siguen pensando que la caridad es mejor que la solidaridad, en los que creen que el poder económico es más importante que el humano, que la tierra nos pertenece y no nosotros a ella, que es más importante socialmente un economista que un músico, que un político tiene más responsabilidad social que un maestro o un medico…. Que no, que dedicamos demasiado tiempo a escuchar discursos vacios y no prestamos atención a la doña del quinto que ha crecido con el hambre de la posguerra y sabe lo que se dice…
Estaría bien que intentáramos proteger lo que realmente nos define como individuos y no lo dejemos a merced de intereses externos, estaría bien que no permitiéramos que nadie nos diga cómo tenemos que pensar y estaría bien que no dejáramos que perviertan la educación de nuestros hijos ni que nos digan los libros que tenemos que leer…
Protección, sí, pero no la de aseguradora, o la de papá Estado, o la del corporativismo, protección real, la del tejido social, la de la cercanía, la de la implicación, la del dialogo, la de asamblea y de democracia real. Protección para confiar en los individuos y crear oportunidades, favorecer la cultura y la educación que hacen posible el desarrollo y crean oportunidades, inquietudes y proyectos. Proteción de las decisiones tomadas por nosotros, de los entornos creativos, de la solidaridad, de la confianza y el respeto, y de utopías, tan reales como la jornada de ocho horas, vacaciones pagadas, entornos laborales más saludables, utopías conseguidas desde la lucha obrera, desde la horizontalidad, no permitas que decidan por ti. Anarcosindicalismo, sí.
¡Salud y Libertad!