La crisis es un mantra que repetido una y otra vez, parece justificar cualquier pérdida de derechos sociales o laborales. En esta entrevista, abordamos el caso de las personas trabajadoras contratadas bajo la figura de ‘falsos autónomos’. Entrevista realizada por el periódico Diagonal.
La figura del autónomo, asociada desde la publicidad institucional a personas “emprendedoras” capaces de enfrentarse con imaginación y audacia a un mercado laboral cada vez más precarizado, tiene sin embargo, muchas más sombras que luces. La principal es el abuso que realizan muchas empresas en su política de contratación de trabajadores. Establecer una relación mercantil con tus trabajadores en lugar de una relación laboral, permite a las empresas desvincularse de obligaciones mínimas como son el pago de las cotizaciones a la seguridad social o tener que justificar los despidos y abonar las consiguientes indemnizaciones.
Ante esta situación, cada vez son más los colectivos y plataformas que comienzan a denunciar un fraude que sirve como herramienta para que muchos empresarios precaricen al máximo las condiciones de sus trabajadores. El último ejemplo de denuncia llega desde el sindicato CNT Artes Gráficas, Comunicación y Espectáculos de Madrid, a través del cual un grupo de trabajadores ha popularizado en internet el conflicto contra la empresa donde trabajaban y que les despidió tras intentar regularizar su situación de falsos autónomos, el Grupo ADSLZone, web referente en el ámbito de la tecnología.
Ponednos en antecedentes. ¿Cuál era vuestra situación en la empresa antes del despido?
Trabajábamos como redactores en el Grupo ADSLZone. Escribíamos a diario a jornada completa en las webs
adslzone.net y
gamerzona.com. Sin embargo, el empresario nos exigió darnos de alta como autónomos para poder trabajar en su compañía. Esta opción nunca nos gustó y siempre pensamos que no se ajustaba a nuestra posición en la empresa, algo que hicimos saber en numerosas ocasiones a su director y fundador,
Javier Sanz. Su respuesta siempre fue darnos largas por lo que optamos por recurrir a la vía legal.
Fue entonces cuando os despidió…
Sí, de inmediato. Puesto que hasta entonces todas nuestras peticiones habían sido ignoradas argumentando que la empresa no se podía hacer cargo de las elevadas cotizaciones a la Seguridad Social de todos sus trabajadores, optamos por ir al Tribunal de Arbitraje para reclamar nuestros derechos. La simple interposición de la papeleta de conciliación nos “condenó” por así decirlo al despido.
¿Cuál era vuestra relación con el empresario antes del despido?
Manteníamos una buena relación. De hecho, nosotros estábamos conformes con nuestro trabajo. Lo único que buscábamos era tener un contrato laboral que reflejase nuestra verdadera relación con la empresa y contar con ciertos derechos. El empresario estaba contento con nuestra labor y la prueba de ello es que prescindió de nosotros únicamente a raíz de pedir legalmente el contrato. Se podría decir que ADSLZone nos despidió única y exclusivamente por reclamar un contrato laboral. Por suerte, tenemos suficientes pruebas que acreditan todo lo que estamos diciendo y existe mucha jurisprudencia favorable a nuestra situación.Trabajábamos como redactores en el Grupo ADSLZone. Escribíamos a diario a jornada completa en adslzone.net. Sin embargo, el empresario nos exigió darnos de alta como autónomos para poder trabajar en su compañía. Esta opción nunca nos gustó y siempre pensamos que no se ajustaba a nuestra posición en la empresa, algo que hicimos saber en numerosas ocasiones a su director y fundador, Javier Sanz.
¿Es lo único que habéis solicitado a la empresa?
Pedimos que se considere nulo el despido, el contrato laboral así como que se haga cargo de las correspondientes cotizaciones a la Seguridad Social por el tiempo que estuvimos trabajando. Además, reclamamos una indemnización por lo que entendemos que ha supuesto una vulneración de nuestros derechos. Por ahora la postura de la empresa ha sido cerrarse en banda.
¿Cuál es vuestra situación actual?
Es muy incómoda. Sabíamos que ejercer nuestros derechos podía salirnos caro y dejarnos en la calle, como así ha sido. Además, al haber estado trabajando como falsos autónomos no tenemos derecho a paro ni tuvimos indemnización por el despido. Es con lo que juegan este tipo de empresas. Saben que la mayoría de los trabajadores no van a protestar porque hacerlo les dejaría en la situación en la que estamos nosotros. Si a ello le unimos el contexto de crisis-estafa y la dificultad para encontrar un trabajo, el chantaje empresarial es casi perfecto.
¿Se encontraba el resto de trabajadores de ADSLZone en vuestra situación?
Hasta que nos echaron y por lo que sabemos, sí. Pese a que son muchos los que escriben a diario en la web a jornada completa, también figuran como “autónomos”. Teletrabajan, como hacíamos nosotros, pero no por hacerlo desde un lugar ajeno al puesto de trabajo significa que ya seas autónomo por ello. Siempre ha sido el empresario el que ha fijado las condiciones del trabajo, el horario, el salario, regulado las vacaciones… Tras nuestra denuncia, el empresario les ofreció un contrato mercantil para intentar protegerse ante posibles respuestas como la nuestra. El miedo y la necesidad pueden mucho, por eso no sabemos si denunciarán como nosotros hicimos.
Más allá del caso ADSLZone, ¿qué recomendaríais a un trabajador falso autónomo?
Denunciar es crucial, pues de lo contrario es imposible revertir esta situación. Más allá de victorias individuales, cada caso contribuye a que se genere entre los ciudadanos un clima de empoderamiento. Si una persona observa que un caso se gana, entonces denunciará. Además de nuestra posible victoria, lo que nos gustaría es que esto fuera un caso más de una oleada de denuncias contra esta situación que, como hemos dicho, se está generalizando. Mirad por ejemplo el caso de lo arquitectos. Una noticia reciente hablaba que casi un 25% de trabajadores de ese sector “contratados” como falsos autónomos. Creemos que es algo que debemos combatir en bloque.
Vosotros, además, habéis denunciado la situación de forma pública por Internet…
Sabemos que también es ahí donde hay que actuar pues nuestra empresa no deja de ser un medio de comunicación online. Ha quedado bien claro que con una estrategia detrás y el apoyo de sindicatos y colectivos, todo tiene más fuerza. Además hemos observado que no éramos los únicos, pues el apoyo ha sido total. Para lanzar la campaña contactamos con diferentes sindicatos y colectivos como la
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Menéame en sólo diez minutos. Quizá la precariedad en que se encuentra este tipo de trabajadores, o la nula flexibilidad que presentan los sindicatos de concertación, ha contribuido a que apenas se hable de ello, pero lo cierto es que algo está cambiando.